MI PEQUEÑA HISTORIA
De pequeña nunca vi hacer jabón, te mentiría si dijera lo contrario.
Es una pena, pero no me parezco a muchas compañeras que te cuentan historias preciosas sobre sus abuelas removiendo el caldero sin parar.
Sin embargo a mí siempre me han gustado los calderos, las hierbas y los mil mejunjes. Me gustaban las hadas, tan buenas ellas con su varita mágica… pero secretamente me fascinaban las brujas. Eran menos aburridas con sus brebajes y sus pócimas.

Aunque mi abuela no hacía jabón para lavar la ropa, por casa siempre había alguna pastilla -me imagino que donada por alguna buena samaritana- a la que no prestaba la más mínima atención.
Fue en una visita a un mercadillo cuando vi por primera vez una pastilla de jabón hecha artesanalmente.
¡Con hierbas para cuidar la piel!
Ahí todo cambió. Mi fascinación fue total y estuve investigando mucho tiempo sobre la forma de hacerlo yo misma.
Complicada tarea. En aquellos años no existía internet y la poca información que se conseguía en el pueblo donde vivía era del año de Maricastaña, con ingredientes imposibles de conseguir. Entonces, dejé aparcada la pasión por los jabones y le di al caldero de la repostería.
Pasados unos años me mudé de ciudad. Mi hija tenía la piel delicada y se le estropeaban mucho las manos, probé con un jabón de caléndula de una conocida marca y la mejoría fue notable.
Entonces me dije:
¿Y por qué no lo haces tú?
Y vuelta a investigar…
Ya existía internet, pero con poquísima información sobre la elaboración de jabón y mucho menos en español.
Después de muchos meses recabando información, con la cabeza como un bombo y un pánico sin medida a la sosa, me lancé con mi primer jabón… ¡Para lavar la ropa!
No me daban mis miedos para más. Pero hecho el primero ¡Se coge carrerilla!
Hoy en día hay mucha información -a veces demasiada- y contradictoria. Creo que si decidiera empezar hoy a jabonear tendría tantos problemas o más que hace años.
¡Se leen cosas de lo más pintorescas por la red!
Hace unos años yo encontré a quien pusiera un poco de luz a mis dudas y ahora me gustaría devolver el favor ayudándote a ti ¿Te apuntas?