Con la actualización de esta entrada voy a comenzar una serie sobre cómo aprovechar los beneficios de las plantas para nuestras cremas y jabones.
Los aceites macerados de algunas plantas son caros. Una buena opción es prepararlos una misma y de paso experimentar pasando un rato entretenido. El resultado NO es un aceite esencial, es un extracto oleoso de plantas y lo utilizaremos como una grasa a la hora de formular un jabón o crema. Aclaro que no es un aceite esencial porque en muchas páginas que he visitado explican cómo hacer un oleato diciendo que es aceite esencial y nada tiene que ver. Para elaborar aceite esencial hacen falta artilugios como, por ejemplo, un alambique que ya quisiéramos muchas tener 🙂

NECESITAMOS:

  • Un tarro de cristal, limpio y esterilizado y que cierre muy bien.
  • La planta que queramos macerar. Se puede utilizar fresca o seca, personalmente la prefiero seca, así me aseguro de que no fermenta en el aceite. Por supuesto, la planta tiene que estar en buenas condiciones y lo más libre posible de cualquier tipo de contaminantes.
  • Aceite vegetal de nuestra elección. El más utilizado para los jabones es el aceite de oliva, aparte de que para eso estamos en tierra de olivos y hay que aprovechar que tenemos a buen precio esta joya de la naturaleza. Se puede usar también de girasol, almendras dulces, maíz, macadamia… El que más nos guste dependiendo del uso que le vayamos a dar. Si hago el macerado para las cremas me gusta mucho el aceite de coco fraccionado, es muy extractivo y la piel lo absorbe muy bien. 

ELABORACIÓN:

Llenamos el frasco con la planta elegida. Echamos el aceite hasta cubrir bien la planta, tapamos y se agita bien.
A partir de aquí, cada maestrillo tiene su librillo. Hay varias opciones, las más usuales son:
  • Macerar con el aceite durante 3 o 4 semanas protegido de la luz y el calor. Se agita de vez en cuando.
  • Macerar durante 40 días al sol y a la sombra, o sea al aire libre, expuesto a los elementos. Se agita de vez en cuando.
  • Poner el frasco al baño María durante varias horas.
  • Otra opción parecida a la anterior es hacer el macerado en la yogurtera.
  • La más novedosa, meter el frasco en el lavavajillas en un programa que no supere los 50º. Este método viene muy bien cuando nos urge utilizar el macerado.
Una vez pasado el tiempo de maceración, se filtra y se pone en una botella oscura para protegerlo de la luz.

Notas sobre elaboración de oleatos
Pues creo que no me he dejado nada en el tintero. Si tenéis alguna duda, en los comentarios os espero, prometo contestar 🙂